Yousafzai continuó escribiendo para la BBC y promoviendo sus ideales. Tras hablar sobre los derechos que les habían sido revocados a las niñas, Malala dio un discurso público para recuperarlos. Esto la convirtió en objetivo de los talibanes.
En octubre de 2012 un talibán asaltó su autobús escolar preguntando quién era Malala. Tras descubrir quién era, el asaltante le disparó en el lado izquierdo de su cabeza. Otras dos niñas también fueron alcanzadas por las balas. Por la gravedad de las heridas, Malala rápidamente fue trasladada en helicóptero a un hospital en Peshawar. Allí, consiguieron extraerle la bala y pudieron salvarle la vida.
La joven de 14 años despertó 10 días después del atentado en un hospital de Birmingham. Malala Yousafzai, tras operaciones y rehabilitación, sobrevivió al atentado, aunque ahí no acabó el peligro. Cuando llegó a oídos de los terroristas, la volvieron a amenazar. Sin embargo, esto no amedrentó a la joven.
El intento de asesinato conmovió a la comunidad nacional e internacional en apoyo a Yousafzai. Mientras se recuperaba, recibió apoyos de personalidades como Barack Obama, Ban Ki-Moon o Madonna.
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