Cuando LaChappelle tenía 14 años, hizo su primera mano robótica con LEGO, hilo de pescar y tubos eléctricos. La mano se convirtió en un brazo con mejoras graduales y luego avanzó a un brazo robótico impulsado por el cerebro impreso en 3D. Después de un encuentro con una niña de 7 años en una feria de ciencias cuyo brazo protésico había costado decenas de miles de dólares, LaChappelle se inspiró para resolver este problema creando un dispositivo práctico y asequible.

Después de la atención recibida por su brazo robótico, Easton fundó su propia empresa, Unlimited Tomorrow. El objetivo de la empresa era desarrollar prótesis robóticas avanzadas y asequibles para personas amputadas. LaChapelle y su equipo se centraron en la impresión 3D y la integración de tecnologías de control cerebral para crear prótesis personalizadas que permitieran a los usuarios controlar los movimientos con sus pensamientos.

Durante este período, Unlimited Tomorrow y Easton LaChapelle continuaron refinando su tecnología y expandiendo su alcance. Además de las prótesis robóticas, LaChapelle se involucró en el desarrollo de aplicaciones de realidad virtual y aumentada para la rehabilitación médica y la terapia física. Su enfoque en la accesibilidad, la innovación y el impacto social siguió siendo el centro de su trabajo.